Por: Mario Pérez
Al Inicio de todo, cuando Dios creó los cielos y la tierra, estableció un patrón divino de creatividad que se extiende hasta nosotros hoy. A imagen y semejanza suya, fuimos hechos partícipes de esta capacidad divina para crear, imaginar y transformar el mundo que nos rodea.
En las Sagradas Escrituras nos enseña que el Espíritu Santo, el soplo vivificante de Dios, es quien nos inspira y nos llena de dones y talentos únicos. En Pentecostés, cuando el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles, no solo les dio la capacidad de hablar en diversas lenguas, sino que también encendió en ellos una llama de creatividad y valentía para proclamar el Evangelio a todas las naciones, y cuando te lo digo proclamar el evangelio esto no importo hasta dar la vida para compartir la buena nueva.
La creatividad humana, entonces, es un reflejo del amor y la genialidad de Dios. Cada obra de arte, cada pieza musical, cada innovación tecnológica y cada acto de amor es una pequeña muestra de la infinita creatividad del Creador. Como cristianos, estamos llamados a reconocer y cultivar estos dones, utilizándolos para el bien común y para glorificar a Dios.
San Juan Pablo II, en su Carta a los Artistas, nos recuerda que:
“La sociedad necesita a los artistas y su creatividad. Necesita que los poetas, los escritores, los músicos, los pintores, los escultores, los actores de teatro y de los que manejan las más modernas Tecnologías de la información; sigan trabajando con el espíritu de una verdadera libertad y de una fidelidad valiente a su creatividad original”.
Esta llamada nos invita a no tener miedo de expresarnos y a permitir que el Espíritu Santo nos guíe en cada acto creativo.
En «Hechos Dos», celebramos este Pentecostés creativo, recordando que cada uno de nosotros ha sido dotado de una chispa divina que nos impulsa a crear. Ya sea en nuestras profesiones, en nuestras familias, o en nuestras comunidades, cada gesto creativo es una oración en acción, un testimonio de la presencia viva de Dios entre nosotros.
Además, nos alegra anunciar que estamos de vuelta después de un tiempo fuera de la web. Regresamos con más entusiasmo y compromiso para seguir compartiendo contenidos que inspiran y celebran la creatividad que Dios nos ha otorgado. Agradecemos su paciencia y apoyo durante este período y esperamos continuar siendo una fuente de inspiración y reflexión para todos.
Que el Espíritu Santo continúe inspirándonos y qué, a través de nuestras obras, podamos reflejar la belleza y el amor de Dios al mundo.
¡Nos leemos pronto!